Disfunción eréctil

La disfunción eréctil (impotencia) se define como la dificultad para obtener o mantener una erección que sea lo suficientemente firme para tener relaciones sexuales.
Experimentar problemas de erección ocasionalmente no siempre debe ser motivo de preocupación. Sin embargo, si la disfunción eréctil se convierte en un problema recurrente, puede desencadenar estrés, disminuir la autoestima y afectar las relaciones interpersonales. Además, las dificultades para lograr o mantener una erección pueden ser indicativas de una condición de salud subyacente que requiere atención, así como un factor de riesgo para enfermedades cardíacas.
Si siente inquietudes relacionadas con la disfunción eréctil, es recomendable consultar a su médico, incluso si le provoca incomodidad. En ocasiones, el tratamiento de una afección subyacente puede ser suficiente para mejorar la disfunción eréctil. En otros casos, se pueden requerir medicamentos u otras terapias específicas.
Aunque no es inusual que un hombre enfrente problemas de erección de vez en cuando, la disfunción eréctil que es progresiva o que ocurre con frecuencia durante el acto sexual no es normal y debe ser abordada.
Durante la excitación sexual, los nervios liberan sustancias químicas que incrementan el flujo sanguíneo hacia el pene. La sangre se dirige hacia dos cámaras eréctiles situadas en el pene, compuestas por tejido muscular esponjoso (cuerpos cavernosos). Estas cámaras no son huecas.
Durante la erección, los tejidos esponjosos se relajan y atrapan la sangre. La presión arterial en estas cámaras da como resultado una firmeza en el pene. Al experimentar un orgasmo, un segundo conjunto de señales nerviosas llega al pene, provocando que los músculos se contraigan y que la sangre se libere nuevamente en el sistema circulatorio, lo que reduce la erección.
Aunque la disfunción eréctil es más frecuente con el avance de la edad, no siempre es consecuencia del envejecimiento. Algunos hombres mantienen su funcionalidad sexual hasta los 80 años. La disfunción eréctil puede ser un signo temprano de un problema de salud más grave, por lo que identificar y tratar la causa subyacente es un paso crucial.